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El papel de los humedales dentro de los planes hidrológicos es clave para una política integral del agua

Cada 2 de Febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, este año bajo el tema “Humedales y Turismo” con el fin de reflexionar sobre los siguientes aspectos:

• El papel que juegan los humedales en el Turismo, como activo y atractivo a una actividad económica muy importante para determinadas áreas.
• La gestión responsable que debe realizar el Turismo hacia los humedales, tanto para respetar su naturaleza como para ponerlas en relevancia y mejore la comunicación que se hace sobre ellos, especialmente las funciones ecológicas y los servicios ambientales que generan para la sociedad.

Los humedales presentan características, a diferencia de otros ecosistemas, muy especiales que radican, básicamente, en su fragilidad y la continuada pérdida de superficie que han experimentado a nivel mundial desde hace años.

Es por ello que su protección adquiere tanta relevancia y el adecuado uso público de los mismos, entre ellos el turismo, debe realizarse con responsabilidad.

Asimismo, se abre la posibilidad que el turismo colabore en difundir los valores de los humedales, dada la dificultad que suele haber en poner en relieve los activos naturales y los valores ambientales que poseen.

La visión de ACA

La ACA, asimismo, quiere resaltar dos aspectos que se consideran importantes:

Es necesario seguir avanzando en la determinación y gestión de las necesidades hídricas de los humedales que de respuesta a la obligación de la Directiva Marco del Agua para que los organismos de cuenca determinen los caudales ecológicos de los humedales Es necesario ahondar por un lado en los mecanismos de mitigación que tienen los humedales a los impactos de cambio climático (estabilización de costas, papel amortiguador de los balances hidrogeológicos, defensa en la acción de tormentas, huracanes, vientos fuertes, etc.) y por otro lado en las medidas de adaptación a desarrollar (estrategias conjuntas entre investigadores, decisores y gestores, disminución de la actual vulnerabilidad de las zonas húmedas, disminución de las presiones, prevenir la fragmentación, monitoreo ecológico y climático, etc.) En definitiva los humedales, que son especialmente vulnerables al cambio climático, requieren una especial atención y una acción coordinada entre investigadores, gestores y decisores, introduciéndolos en las estrategias y planificaciones hídricas, de adaptación al cambio climático y ordenación territorial, identificando la relación de criterios y determinaciones que se deban adoptar en los distintos niveles de decisión.