La transformación digital del ciclo del agua fue protagonista en la sesión dedicada a Cataluña y el Levante durante el Smart Water Summit 2025, donde administraciones públicas, empresas tecnológicas y operadores coincidieron en que la modernización del sector es clave para mejorar la calidad de vida y avanzar hacia un modelo de gestión más eficiente y sostenible.
Alianzas que impulsan el cambio
La jornada puso de relieve la importancia de las colaboraciones público-privadas para garantizar un suministro de agua más seguro y adaptado a los retos climáticos. A través de diferentes proyectos, se mostraron avances significativos en comunidades como Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León, donde la digitalización ha permitido optimizar procesos, reducir pérdidas y mejorar la toma de decisiones en tiempo real.
Las herramientas basadas en inteligencia artificial se consolidan como grandes aliadas. Gracias a ellas, los sistemas de gestión se vuelven más dinámicos y adaptables a distintas escalas temporales. Sin embargo, los expertos recordaron que el camino no ha estado exento de dificultades: muchos proyectos comenzaron con errores, pero el aprendizaje constante y la participación ciudadana fueron fundamentales para encaminar los esfuerzos hacia el éxito.
Tecnología al servicio de la gestión
Durante la sesión se presentaron iniciativas centradas en la digitalizar la gestión de las EDAR y ETAP, la modelización de redes de alcantarillado y la simulación de escenarios extremos, como crecidas fluviales o fenómenos meteorológicos atípicos. El objetivo común: que “cada gota esté bajo control”, mejorando la eficiencia operativa, reduciendo el consumo energético y asegurando una gestión integral del recurso.
Uno de los grandes retos identificados fue el de mantener un equilibrio hídrico entre las demandas humanas e industriales y la conservación de los ecosistemas. En este sentido, los proyectos financiados a través del PERTE de digitalización del ciclo del agua apuntan a un modelo que minimice el impacto ambiental sin comprometer el desarrollo.
Reflexión final
El mensaje que deja la sesión es claro: digitalizar el agua no es solo una apuesta tecnológica, sino una necesidad estratégica. Aprender de los errores del pasado y trabajar de forma conjunta con las comunidades permitirá construir proyectos más ambiciosos y sostenibles.
En un contexto de cambio climático y presión sobre los recursos, la innovación se convierte en la herramienta que puede asegurar el equilibrio entre consumo, disponibilidad y conservación. El reto no es menor, pero el camino está trazado: cada decisión tomada hoy acerca un futuro en el que el agua esté mejor gestionada y cada gota, verdaderamente, bajo control.
Autora: Natalia Gamboa de la Torre