Economía Circular

El término "economía circular" se utilizó por primera vez en la literatura occidental en 1980 (Pearce y Turner 1990) para describir un sistema cerrado de las interacciones entre economía y medio ambiente. En 2014, el entonces Comisario Europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, durante el 3º Fórum Internacional sobre Economía – Eficiencia de los recursos, señaló que “es necesario transformar Europa en una economía eficiente en los recursos, aunque solo la eficiencia no es suficiente, también hay que asegurarse de que una vez que hemos utilizado nuestros productos, nuestros alimentos y nuestros inmuebles, seleccionamos los materiales de estos y los usamos una y otra vez. Existe una fuerte motivación económica y empresarial a favor de la economía circular y la eficiencia de los recursos. De hecho, la Comisión Europea, como órgano colegiado, ha adoptado la eficiencia de los recursos como un pilar central de su estrategia económica estructural Europa 2020”.

En esencia el concepto de economía circular implica un sistema de aprovechamiento de recursos donde los componentes biológicos y químicos usados en la fabricación de productos están pensados de manera que se integren de vuelta al ciclo económico a través de su reutilización, reparación, regeneración, reciclado o valoración. En este modelo se pretende que el valor de los productos, materiales y recursos se mantengan en el círculo económico durante el mayor tiempo posible, así pues los residuos y los subproductos obtenidos entran de nuevo en el ciclo de producción como materias primas secundarias. En ese sentido, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los stocks y los flujos de materiales, energía y residuos para implementar una economía justa, social, colaborativa y sostenible; que además funciona de forma eficaz en todo tipo de escala.

El actual modelo económico de producción, desde su concepción lineal, contempla la fabricando y distribución de toda clase de materiales que terminan convirtiéndose en residuos, inútiles para la economía y muy costosos de tratar. Dicho modelo persigue potenciar un consumo por parte del ciudadano a corto plazo que está ocasionando unas alteraciones medioambientales evidentes; como son: el agotamiento de una serie de recursos naturales y fuentes de energía; generación de gran cantidad de materiales de deshecho, un incremento evidente de la contaminación y favoreciendo el cambio climático.

En su concepción la economía circular conlleva los siguientes aspectos positivos

  Genera un nuevo espacio para la creación de empleo y su desarrollo supone obtener una ventaja competitiva en el actual contexto económico globalizado.
  Reduce el consumo de recursos naturales y energía incrementando su disponibilidad en el planeta.
  Potencia el ecodiseño en los procesos de fabricación. De manera que los productos generados en los distintos procesos industriales puedan ser regenerados, reparados o reciclados después de su uso.
  Promueve el uso compartido frente a la posesión, la reutilización de productos y materiales “inútiles” frente a su deshecho, reduciendo significativamente la generación de residuos.

 

Desde la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) se comparte la nueva visión económica que se supone la economía circular y se está trabajando en la adaptación de los contenidos de los proyectos y acciones que lleva desarrollando la ACA a los fundamentos que sustentan la economía circular En ese sentido, durante los últimos años se ha reservado un espacio específico en las actividades desarrolladas para exponer y analizar los beneficios de la economía circular. En concreto:

  • El equipo técnico de ACA ha participado en foros de debate y se han generado espacios de diálogo para tratar y analizar las posibilidades de la economía circular.
  • Se han incorporado a las actividades de educación y sensibilización ambiental realizadas contenidos específicos sobre economía circular.

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