- Para fomentar un mayor debate a nivel europeo, la Asociación de Ciencias Ambientales(ACA) propone la celebración de la semana de la lucha contra la pobreza energética del 17 al 23 de febrero.
- La ACA hace un llamamiento a los partidos políticos europeos para que introduzcan en sus programas electorales acciones específicas para luchar contra la pobreza energética, de cara a las próximas elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014.
- También se invita a la ciudadanía a unirse al debate a través de Twitter mediante el uso del hashtag #PobrezaEnergética
La pobreza energética: una realidad europea
La pobreza energética puede definirse como la incapacidad de un hogar para satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud.
La pobreza energética es una realidad que afecta a todos los Estados Miembros de la Unión Europea (UE). De acuerdo con la Encuesta Europea de Ingresos y Condiciones de Vida (EU SILC) de Eurostat, en 2012 54 millones de ciudadanos de la UE (más del 10% de la población total) vivían en hogares que se declaraban incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante el invierno. Este promedio esconde sin embargo diferencias sustanciales entre Estados Miembros, con países como Bulgaria en los que el porcentaje de población afectada supera el 40%, y países como Dinamarca, Suecia, Holanda, Austria o Finlandia en los que esta cifra está por debajo del 3%.
En España, la pobreza energética afectaba en 2010 a más del 10% de los hogares españoles (unos 4 millones de personas), según el estudio “Pobreza Energética en España” realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales en 2012. Según resultados preliminares de un nuevo estudio que se presentará en marzo de 2014, la tasa de pobreza energética ha aumentado de forma significativa en España entre 2010 y 2012.
Consecuencias sobre la salud
La incapacidad de un hogar para mantener su vivienda en unas condiciones de climatización adecuada no es solo una cuestión de falta de confort asociada a una situación de desigualdad y exclusión social.
La pobreza energética tiene consecuencias sobre la salud, sobre todo de poblaciones vulnerables como niños y personas de edad avanzada. Un estudio de la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifraba en 38.200 las muertes prematuras anuales asociadas a la pobreza energética en 11 países europeos, y estimaba que el 30% de las muertes adicionales que se producen en invierno (en comparación con el resto de los meses del año) se deben a la existencia de viviendas con temperaturas inadecuadas. En España, la Asociación de Ciencias Ambientales ha estimado que la pobreza energética es responsable de entre 2.300 y 9.300 muertes prematuras al año, una cifra más elevada que la de víctimas mortales de accidentes de tráfico en carretera (1.480 personas en 2011).
Tendencias en factores clave
Hay tres factores clave que determinan la incidencia y evolución de las tasas de pobreza energética: los precios de la energía doméstica, la eficiencia energética de los edificios y la renta de las familias.
En años recientes, muchos hogares europeos se han enfrentado a una realidad difícil por partida doble. Por una parte, según un reciente informe de la Comisión Europea sobre precios y costes de la energía, los precios del gas y la electricidad para consumidores domésticos de la energía aumentaron significativamente en Europa entre 2008 y 2012. Este incremento ha ocurrido en paralelo a los efectos de la crisis económica y social que desde 2008 ha incrementado el número de personas en situación de desempleo y reducido de forma efectiva los ingresos de los hogares, especialmente en aquellos Estados Miembros forzados a cumplir con los exigentes programas de ajuste fiscal prescritos desde las instituciones europeas. En España, donde la tasa de paro ha alcanzado máximos históricos de más del 25%, los incrementos más importantes en los indicadores de pobreza energética se han registrado precisamente entre los hogares en paro, como puso de manifiesto el informe de la Asociación de Ciencias Ambientales de 2012.
Si bien los precios de la energía y la renta de las familias son importantes para entender la evolución a corto plazo de las tasas de pobreza energética, hay que señalar que la eficiencia energética de los edificios es un factor estructural clave. Aquellos hogares que ocupan viviendas con una menor eficiencia energética son más vulnerables a sufrir pobreza energética, por lo que la mejor solución para su erradicación a medio y largo plazo pasa por la rehabilitación energética de edificios.
Esta medida ayudaría a cumplir otros objetivos como los de reducción de la dependencia energética y de emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. Serviría además cómo palanca para generar empleo, un objetivo de gran importancia en el contexto actual. De acuerdo con casos reales recopilados a través de una encuesta realizada a empresas y organismos del sector por la Asociación de Ciencias Ambientales en 2012, la rehabilitación energética de viviendas genera en España cerca de 17 puestos de trabajo directos a tiempo completo por año y millón de euros de 2010 invertido (o 47 empleos anuales por cada 1000 m2 rehabilitados).
Semana europea de lucha contra la #PobrezaEnergética
Conscientes de la amplitud y complejidad de la pobreza energética como problemática europea, desde la Asociación de Ciencias Ambientales se reclama a los Estados Miembros el diseño de medidas coordinadas de lucha contra este problema, recordándoles que la rehabilitación energética de edificios es la mejor medida a medio y largo plazo para eliminar la pobreza energética, luchar contra el cambio climático y reducir la dependencia energética de las economías de la UE.
Además, y con motivo de la celebración de las elecciones al parlamento europeo en mayo de 2014, queremos hacer un llamamiento a los partidos políticos de todos los Estados Miembros, para que introduzcan en sus programas electorales acciones contra la pobreza energética.
Por todo ello, y con el fin de fomentar un mayor debate a nivel europeo, proponemos la celebración de la semana de la lucha contra la pobreza energética del 17 al 23 de febrero.
¿Por qué la semana del 17 al 23 de febrero?
La celebración de la semana de la lucha contra la pobreza energética, conmemora la tercera (del 17 al 23 de febrero de 1956) y última de las extraordinarias oleadas de frío que recorrieron Europa en febrero de 1956. Durante ese mes Europa soportó unas heladas excepcionales y un frío intenso durante casi un mes, completando el invierno más duro en Europa y España desde que se tienen registros.
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