Si nos remitimos a nuestra etapa escolar y pensamos en todo el tiempo que pasamos entre mesas, sillas y pizarras, podríamos perfectamente considerar nuestro centro educativo como nuestro segundo hogar. Un segundo hogar donde, afortunadamente, cada vez tienen más protagonismo los programas de sensibilización ambiental, que engloban diferentes aspectos tales como conservación de la biodiversidad, gestión de residuos, cambio climático y, por ejemplo, gestión y ahorro del agua.
Respecto a este último ámbito, la gestión y ahorro del agua, si se observan las diferentes campañas que se realizan por parte de organismos públicos, empresas gestoras o entidades ambientales en materia de sensibilización, se puede llegar a la conclusión de que hay tantas propuestas como mentes puedan imaginarlas, aunque todas estas campañas buscan un objetivo común: realizar un consumo más responsable del agua en nuestros hogares. Pero ¿qué pasa otros ámbitos y espacios en los que estamos presentes o con los que nos relacionamos? ¿Qué ocurre, por ejemplo, con lo que se consume en los centros educativos?. Esta misma pregunta nos la hemos formulado al llevar a cabo campañas de sensibilización, haciéndonos pensar si son suficientes los programas de un día para concienciar al alumnado, de forma que después de nuestro trabajo con ellos, puedan extrapolar esta responsabilidad a todos los ámbitos de su vida. Probablemente no, por lo que nos hemos llegado a plantear ¿Cómo se puede mejorar esta situación?
Desde la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) se tiene la certeza de que es necesario actuar de otro modo para poder dar respuesta a estos interrogantes. Por ello, cuando un centro educativo nos planteó su problema, que partía de un consumo excesivo de agua y la necesidad de revertir esta situación, se propuso ir más allá y llevar a cabo un Plan Gestión Sostenible del Agua (PGSA) en dicho centro educativo.
Pero ¿en qué consiste un PGSA y cómo se puede llevar a cabo en centros educativo? Un PGSA es una herramienta cuyo principal objetivo consiste en reducir el consumo del agua abordando el problema desde puntos diferentes e involucrando a la comunidad educativa y demás personal perteneciente a la institución escolar. Para ello es necesario desde velar por un buen mantenimiento de las infraestructuras y por la optimización de los aparatos que consumen agua hasta, por supuesto, trabajar en la concienciación, seguimiento y afianzamiento de la importancia del agua con todas las personas que conviven en el centro.
Siendo conscientes de la existencia del problema y comprometidos con la responsabilidad de la huella hídrica en un centro educativo, el Colegio Santa María la Blanca vio la necesidad de optimizar el consumo en sus instalaciones, las cuales albergan a más de 2000 personas diariamente y en donde se han registrado, a lo largo de meses consecutivos, demandas elevadas de agua.
De este escenario nace la colaboración entre el Colegio Santa María la Blanca y ACA, entidades que aunaron esfuerzos para elaborar e implantar un PGSA en el centro educativo.
Para ello, ACA tuvo en cuenta las necesidades particulares y específicas del centro así como sus consumos mensuales, monitorizados desde el inicio del estudio. Gracias a ello, y tras varios meses de análisis pormenorizado, la puesta en marcha de diferentes actuaciones, y el trabajo en conjunto dentro del ámbito escolar, se consiguió una disminución del consumo (en litros por persona al mes), rompiendo con la dinámica de aumento que se venía presenciando en los últimos años.
Fue clave para el éxito del PGSA la colaboración del personal de mantenimiento, con el que se revisó el estado de la infraestructura, así como la instalación de un medidor de consumo que sirvió para detectar fugas y consumos indeseados. También se apostó por poner en marcha aparatos de optimización de consumo en inodoros, urinarios, lavabos y duchas.
Este trabajo más técnico se complementó con un elevado grado de compromiso e implicación por parte del alumnado en diversas jornadas de formación, en las que se trató la importancia del agua y los problemas de escasez, asequibilidad, calidad, entre otros aspectos, así como en la realización de una campaña de comunicación destinada a toda la comunidad educativa.
Los resultados de este proyecto no son únicamente resultados cuantitativos. El proyecto ha generado resultados intangibles a la hora de contribuir a sensibilizar al alumnado, que no sólo ha sido un mero receptor, sino que ha contribuido y participado en su propio centro escolar y que lo hará también en sus hogares. La concepción del agua como bien público, que tiene un imprescindible valor para nuestra vida y para el desarrollo de nuestras actividades pero que es escasa, ha sido algo que se ha conseguido con el PGSA. A los ahorros en el consumo de agua y a los ahorros económicos en la factura de este colegio se ha sumado un impacto al que todavía no podemos ponerle precio; la sensibilización de todo el alumnado y la comunidad educativa. Porque, proyectos como este demuestran que es posible cambiar las cosas desde muchos ámbitos, entre ellos, en nuestros hogares, pero también en otros lugares como los centros educativos.