En el último año el panorama de la comunicación ambiental como consecuencia de la pandemia ha cambiado más que nunca y es importante ver su evolución en los próximos años.
Conseguir que el mensaje ambiental alcance a toda la ciudadanía y no únicamente a los convencidos es una asignatura pendiente, pero se ha convertido en una necesidad urgente en estos momentos de crisis climática.
Incorporarse a nuevos canales con mensajes acordes con las tendencias actuales alcanza una enorme importancia. Las redes sociales suponen una riqueza de oportunidades por su alcance, la diversidad de formatos, y sus múltiples herramientas para informar y compartir contenidos.
Comparados con los creadores de contenido de otros ámbitos, los comunicadores ambientales siguen sin alcanzar a un número de usuarios proporcional al esfuerzo que conlleva este trabajo.
No obstante no se pueden conseguir resultados sin una buena estrategia de comunicación que defina las acciones que tenemos que desarrollar para conseguir un objetivo que nos marquemos en el tiempo. Esta planificación debe definir perfectamente al público objetivo, tener en cuenta las diferentes posibilidades comunicativas con las que contamos, y analizar a los competidores.
María Alejandra Gómez, técnica en comunicaciones de Global Nature explicó la importancia de un buen storytelling para concienciar a la ciudadanía. Además de una buena trama, un mensaje claro, y un conflicto y unos personajes con los que se identifique la audiencia, hace falta poner corazón.
En la última década el panorama de la comunicación ambiental en las redes sociales ha evolucionado rápidamente. No obstante, durante la pandemia se han producido más cambios que nunca. Ejemplos claros son el imparable crecimiento de Tik Tok y de los directos, con el éxito de Twich como su máximo exponente y Discord como complemento para introducir debate. Roberto Ruiz, de Ecoembes, consideró que es importante ver qué sucederá en los próximos años.
El Comité Técnico de Comunicación de Conama2020 ha querido este año realizar un experimento con Tik Tok, para lo que ha invitado a sus miembros a participar en una micro campaña unos días antes del congreso. Los participantes comprobaron hasta dónde es posible simplificar o no el mensaje para seguir siendo sólido y veraz; buscar un tono adecuado; y sintetizar el contenido para en sus breves formatos, entre otras dificultades. Sara Acosta, de la Fundación Conama, señaló que el objetivo es alcanzar a un público objetivo más joven que no tiene de entrada las cuestiones ambientales entre sus prioridades. En la sesión se proyectó una pequeña selección de las piezas presentadas.
Hablando de otras redes sociales, Isabel Moreno, de Aquí la Tierra, habló de su experiencia en Twitter. Decidió desarrollar hilos a modo de blog para contar cosas curiosas. Aunque hay muchas variables que no se pueden controlar y que pueden hacer que un hilo en esta red tenga de pronto más o menos éxito, es fundamental conocer al público potencial y captar su atención. El trabajo para lograrlo es importante. De hecho, ella tarda entre 5 y 8 horas en redactar un hilo de Twitter.
Diego de Vallejo, cuyo canal de YouTube, PotyAmbienturas, cuenta con 16.000 suscriptores, quiso huir del “buenismo” para analizar la repercusión de la comunicación ambiental en YouTube y puso de relieve que “no nos va bien, no tenemos visitas” a pesar de que sus videos tienen siempre miles de visitas. Apuntó que hay que medirse con creadores de contenidos de nivel que arrastran a millones de usuarios. Por ello considera que es muy difícil llegar a los no convencidos y encima falta apoyo institucional para las empresas culturales en este soporte.
En estos momentos en los que es imprescindible una buena comunicación ambiental para hacer entender a la ciudadanía la necesidad de muchos procesos de transformación para adaptarnos a la crisis climática, lamentó “que no se luche contra las fake news destacando las good news”.
Ana Carlos [ https://www.deficitdenaturaleza.com]
03/06/2021