Para alcanzar el 65% de reciclado y un máximo del 10% de vertido en el año 2035 va a ser necesario: apostar por el ecodiseño y la innovación, invertir en infraestructuras eficientes y actuar sobre todos los flujos de residuos.
La actividad comenzó exponiendo un resumen de los objetivos que impone la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Entre ellos se destacó: el establecimiento de medidas fiscales para incentivar una economía circular, la prevención y reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente y la obligación por parte de las entidades locales de establecer una tasa específica o diferenciada, que refleje el coste de los residuos bajo su responsabilidad.
Así mismo, se puso énfasis en la futura obligación sobre la recogida separada de ciertos residuos. Por lo tanto, antes del 31 de diciembre del año 2021, las entidades locales con poblaciones mayores a cinco mil habitantes deberán recoger la fracción de biorresiduo y antes del 2023, para el resto de municipios. Además, a partir del 2024 se deberán recoger los residuos de cocina usados (ejemplo: aceites), textiles, domésticos peligrosos y voluminosos y los residuos de construcción y demolición antes del año 2022.
Tras destacar los puntos anteriores, se expuso la situación sobre la gestión de los residuos municipales en España, siendo para el año 2018 de un 34,8% destinado a reciclaje, un 11,6% incinerado y por último, un 53,6% a vertedero. Datos que en comparación con la actualidad, no cambian demasiado.
"Lo que no se mide, no se puede mejorar" ha destacado Antonio de María Fernández, Director Gerente de LYMA, S.A.M.
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