AE-27 Movilidad ciclista y género

“El 45% de las ciclistas manifiesta haber vivido algún tipo de acoso verbal o físico por el carácter sexual, asociado con el volumen de tránsito motorizado que hay en las ciudades más grandes.” Así lo afirma Sara Ortiz Escalante como parte de los datos recabados en España y que da apertura a una visión feminista interseccionalista en el uso del ciclismo.

Las investigaciones realizadas por el equipo de Sara Ortiz bajo el título “Movilidad ciclista y género. Un análisis feminista interseccional” permiten vislumbrar parte de las problemáticas diarias que viven los usuarios y usuarias de las bicicletas y a compartir cuales han sido sus experiencias en el desarrollo de este trabajo.

En los grupos de discusión, las mujeres compartían los motivos por los cuales usaban o no las bicicletas en los diversos entornos. Explicaban que podían sentir o no confianza e incluso no tener algún referente o barreras como la falta de tiempo. En términos de percepción de seguridad, el 51% de las mujeres se siente insegura, versus el 35% de los hombres.

Sin embargo, un 49% de las no usuarias manifiestan que el ser mujer es una condición que les restringe la posibilidad de moverse o usar la bicicleta, sobre todo porque sufren mayor acoso vial, riesgo de acoso sexual y que incluso ese dato puede aumentar al 62% de las mujeres del colectivo LGBTIQ+ de acuerdo con los datos públicos en su investigación.

Por el contrario, las estadísticas reportan a los hombres con un mayor acceso y uso de la bicicleta de carga, con el 18% respecto al 1% comparado con las mujeres. Es decir, que los hombres pueden utilizar la bicicleta como un medio de transporte e incluso una herramienta de trabajo, lo que viene a marcar más la brecha de género en el uso de bicicleta.

No todo son datos negativos, es importante recordar que la bicicleta es una alternativa a los medios de transporte motorizados. En adición, el uso de la bicicleta tiene beneficios para el entorno y eso fue tenido en cuenta en el estudio. En consecuencia, las personas encuestadas mencionan como elemento positivo que desplazarse en bicicleta es la forma más respetuosa con el medio ambiente y una práctica saludable, dándoles felicidad y rapidez.

Esto plantea una gran reconfiguración sobre cómo es que las ciudades requieren modificar la cultura, infraestructura y promoción de la bicicleta en las comunidades. La educación junto con la promoción y el acompañamiento para el uso de la bici fue uno de los puntos clave en esta ponencia.

Por otra parte, se han realizado proyectos de ciencia ciudadana donde se han involucrado diversos colectivos (políticos) y personas (sociedad) para que conocieran qué es la contaminación atmosférica y cómo poder defenderse ante las adversidades ambientales, proyectando mejoras a tres años, mencionó Marian Sintes.

Así mismo, se han generado proyectos como “Una bici más” que busca formar al ciclista y fomentar el uso de este medio de transporte en públicos específicos como la infancia, y grupos con diferentes identidades de género. También organizar talleres que promuevan mejoras en la salud, beneficios en entorno y en movilidad activa.

En conclusión, los nuevos proyectos de movilidad en la ciudad con las bicicletas plantean una nueva forma de pensar y actuar como sociedad, donde requerimos cuestionarnos si estos medios de transporte fueron diseñados para darle prioridad a un género en específico. ¿La libertad de movimiento es solo para cierta identidad de género? Además de apostar por una promoción y educación de cómo ser un ciclista, es necesario acompañarlo en el proceso y romper aquellos estigmas y tabúes que pueden existir conforme uno avanza en el ciclo de la vida y dados por los roles de género.

 

Por: Ricardo Jesús Mayorga Coronel

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05/12/2024

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