La sesión comenzó de la mano de Carmen Devesa Fernández, quien dio paso a las presentaciones de Marta Rofín Sarrè y José María Ezquiaga Domínguez para contextualizar el plano urbanístico contemporáneo.
El urbanismo y la salud están completamente ligados aunque todavía no es un hecho muy conocido por la ciudadanía. “La relación existe, y la ciencia lo avala” afirmó Marta Rofín, tras presentar un mapa genérico que relacionaba el entorno de una persona con su estado de salud.
El otro aspecto destacado por los ponentes en esta introducción fue la dependencia de la calidad de vida según las posibilidades económicas del individuo. José María realizó un análisis histórico de la evolución de las ciudades al afrontar crisis sanitarias “la variable que incide más en la salud se llama renta”. También se presentó un estudio realizado por Healthy Cities en Barcelona sobre la calidad de vida en uno de sus barrios, donde se observó "a cada parada de metro se pierde un año de esperanza de vida”.
Tras la introducción, comenzó la primera mesa, integrada por Juan Palop, Beatriz Carro, Julio López, Rosalía Herrera y Jose Ramón Bergasa como moderador, formulando la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer desde la administración pública para obtener unos espacios saludables?
Los integrantes expusieron un caso realizado por su administración, reflejando los factores que se tuvieron en cuenta a la hora de hacer el plano urbanístico. De todos ellos se extrae una de las conclusiones de la sesión: la apertura de los proyectos a la ciudadanía es clave “¿qué nos tenían que contar y no nos han contado?”. También quedó patente que es fundamental la integración interdisciplinar de expertos si se desea alcanzar la transición hacia una ciudad saludable a una velocidad adecuada para todos.
Finalizada la primera mesa, se da paso a una mesa más dinámica y académica, constituida por Enrique Cabero, José Antonio Corraliza, Emilio Luque y Silvia Fernández Marín como moderadora. Se plantea un análisis de los conflictos latentes que se hallan en la “ciudad saludable”, para dar pie al debate propuesto por la moderadora: “¿Cómo conseguimos llegar a todos? ¿Cómo decidir a quién se le implementan?”
Ante esta propuesta, se contextualiza el debate empleando el concepto de “hábitat” introducido por Enrique, que se emplea a lo largo de la mesa para referirse a las ciudades como un espacio de convivencia.
Respondiendo a la pregunta formulada por la moderadora, los ponentes proponen la aplicación de la igualdad efectiva, y la evaluación del impacto que producen los proyectos, implementando ideas probadas, no ocurrencias; pues “una ciudad es como un enfermo con fallo multiorgánico: mientras arreglamos algo, se estropea otro.” dice José Antonio.
La sesión concluyó con una invitación a la reflexión personal para los asistentes, reforzando la idea de la necesidad de la implementación de propuestas públicas para reducir el potencial de la ciudad como un elemento discriminatorio y para focalizarla como clave en la salud de las personas.
Inés García Sotelo
03/12/2024
![]() ![]() |
Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico pero no expresa la opinión del mismo. |