EXPERIENCIAS PRÁCTICAS DE SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA
ST-31, Renovación urbana y Biodiversidad 28/11/2018
En la sesión hemos cruzado el océano para conocer cómo está afrontando Latinoamérica el reto de conciliar ciudades y medio ambiente.
“América Latina es la segunda región del mundo con mayor población viviendo en las ciudades”
Poniéndonos en context. Así comenzó la sesión el arquitecto José Maria Ezquiaga, dejando claro que los países iberoamericanos no están en proceso de urbanización, sino que ya están urbanizados, aunque no de forma adecuada. La gran desigualdad social que, según ha apuntado Ezquiaga, guarda una relación más directa con los índices de criminalidad que la pobreza, genera además grandes contrastes en el urbanismo iberoamericano. Esta situación fue apoyada con fotografías que mostraban un centro financiero con rascacielos separado de asentamientos o poblados chabolistas inmensos por tan sólo una carretera.
A partir de ahí comenzó el viaje de experiencias, con datos realmente impactantes aportados por Darío Díaz, hablándonos de la práctica desaparición de la primavera y el otoño en Santiago de Chile, en pro de un alargamiento del verano y el invierno. Este hecho ha supuesto que integrar espacios verdes en la ciudad pase de ser una opción recreativa o visual a ser una necesidad. Y es por ello que ahora, más que nunca, se han aumentado los esfuerzos que entrasen en 1980 con un programa de arbolado para la Comuna de Santiago, una zona de 404.000 habitantes que cuadruplica este número en visitantes diarios. Mediante la instalación de especies nativas perennes, que mitiguen la contaminación durante todo el año, intentarán conseguir el ratio de tres habitantes por cada árbol que recomienda la OMS.
Una visión mucho más centrada en el disfrute del ciudadano la ha traído Sara Sully desde Lima (Perú), donde el Servicio de Parques de la ciudad ha creado auténticos macrocentros de ocio y disfrute para la ciudadanía, además de iniciativas curiosas como el ‘albergue de árboles’, a donde se trasladan los ejemplares que por cualquier motivo han tenido que ser retirados de su emplazamiento original.
Guatemala por el contrario ha optado por un enfoque plenamente ambiental de los espacios verdes, con la creación de un gran parque ecológico cuyo éxito, según ha contado Karen Lucrecia, reside en el vínculo que han creado entre los habitantes y el espacio, consiguiendo que los domingos pasen por él más de 5000 personas para disfrutar del contacto con la naturaleza.
En la segunda parte, el agua fue la protagonista. Comenzamos escuchando a Elena de la Paz, que nos habló del proyecto de renaturalización del Río Manzanares que, como todo, tiene sus defensores y detractores. Si bien quedan aactuaciones pequeñas por determinar, parece que, por suerte, en esta ocasión en el resultado final la balanza se inclina hacia la naturaleza y la conservación de hábitats.
Curioso fue para muchos de los asistentes descubrir a través de Manuel Perló cómo era el paisaje de Ciudad de México (o Tenochtitlán) cuando los conquistadores españoles lo encontraron: una ciudad en medio de un lago. Actualmente ese lago ha sido totalmente drenado y ocupado por una metrópoli de 22 millones de personas, con la insostenibilidad que cabe esperar de un proyecto así. La solución de Manuel empieza por buscar espacios en la ciudad en los que poder mantener los servicios ecosistémicos, especialmente los relacionados con el agua, a la vez que se crea un espacio que los ciudadanos de algunas de las zonas más pobres puedan disfrutar y cuidar.
Boris Albornoz nos contó el éxito que tuvo su empeño por dar valor al río en la ciudad de Cuenca (Ecuador), también llamada Santa Ana de los Cuatro Ríos. Queriendo vincular al máximo ciudad y río, han restaurado y reformado una parte del tramo fluvial, que se ha convertido tras esta acción en la zona más valorada de la ciudad y un reclamo para postales.
Por último, Gabriela Sánchez nos trajo desde Costa Rica un mensaje de optimismo, dado que se han hecho grandes avances en la creación de un marco normativo y de cooperación entre distintas instituciones para mantener los bosques riparios de galería de la Cuenca del Tárcoles, así como conectar el área metropolitana con áreas silvestres a través de la creación de corredores ecológicos.
Porque sí que es cierto que los pueblos situados en espacios naturales cuentan con mucha regulación, pero las ciudades también pueden albergar biodiversidad y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Bárbara Álvarez / Asociación de Ciencias Ambientales / @_bar__ / bárbaraar