ST-39 Estrategias de economía circular

Hace una década la Unión Europea quiso empezar a implantar la economía circular, un modelo de sostenibilidad y eficiencia en el uso de recursos. Sin embargo, en España los avances van más atrasados en comparación a otros países de la UE. Se proponen variedad de leyes y propuestas de cambio. Sin embargo, el problema no se concreta y no se avanza. La falta de educación, la resistencia empresarial, los obstáculos financieros y las dificultades en el diseño de productos sostenibles son una lista de dificultades que todavía hay que atajar, algo que se está consiguiendo actualmente con la Ley de Residuos y una concienciación pública y acompañamiento a pequeñas y medianas empresas (pymes).

Desde el Ministerio de Industria se promueven normativas y programas como los PERTE, junto a programas nacionales destinados a asesorar y apoyar pymes o a la ayuda de agrupación de empresas. Por otro lado, el Ministerio de Economía recalca la importancia de las 3R: reducción reflejada en los costes, reutilización basada en mercados secundarios y reciclaje para explotar la productividad, manteniendo el énfasis en la innovación. Además, el Ministerio de Transformación Digital pretende introducir la inteligencia artificial como un gran aliado para planificar y optimizar procesos como el reciclado, mediante el Programa Nacional de Algoritmos Verdes (PNAV) para la integración de IA sostenibles.

A nivel europeo, la situación no es sencilla. Como afirmó Pablo Rupérez “la serpiente europea cambia de piel”, es decir, cada cinco años la UE cambia de forma, con reestructuraciones políticas y de puntos de vista distintos a lo establecido anteriormente. La crisis de gobernabilidad en Francia y Alemania, el desplazamiento de la atención política hacia el Este o el gap tecnológico y científico entre EEUU y China con la UE son varios de los problemas actuales que retrasan la acción de la economía circular. Aunque la UE fomenta tecnologías limpias, su integración en la industria es limitada, debido a que actualmente el 50% de las energías necesarias para la descarbonización aún no existen.

En resumen, nos queda entender aún más la economía circular, centrarnos en rechazar y repensar lo conocido. Cabe destacar ejemplos como Plastics Europe, una asociación paneuropea con el fin de que un 65% de los plásticos sean circulares en 2050, mediante tres palancas para acelerar esta transición: circularidad, cero emisiones netas y uso sostenible.

 

Además, en España se han propuesto programas de conectividad para darle conexión a los pueblos y zonas rurales más remotas, puesto que hace dos años solo un 28% de las empresas tenían digitalizada su actividad, y el 17% los residuos. También tiene un potencial clave para la inclusión social y la generación de empleo para personas con discapacidad, donde solo una de cada cuatro tiene un empleo. En definitiva, la economía circular es un reto transversal que requiere compromiso político, innovación y una visión a largo plazo que priorice resultados sobre costos inmediatos.

 

Pablo del Mazo López

Perfil de LinkedIn

02/12/2024

Login Form