No es el primer año que convocamos y celebramos la Semana Europea de la pobreza Energética. Esta semana, que desde hace años se celebra del 17-23 de febrero, surgió principalmente para reivindicar la visibilidad del problema. Hace unos años el fenómeno no era demasiado conocido por los decisores políticos y principales agentes implicados o bien, no quería ser reconocido, obviando así la magnitud de este problema. Sin embargo, la pobreza energética comenzó a asomar en el panorama político y mediático gracias al trabajo de muchas organizaciones sociales que aportamos nuestro grano de arena, de los medios de comunicación que se hicieron eco del problema, de administraciones y empresas concienciadas que se pusieron manos a la obra y “obligaron” a otras a tomar las riendas del asunto. Pero también iniciativas como la convocatoria de la Semana Europea de la Pobreza Energética contribuyeron a dar visibilidad al problema, iniciar nuevos proyectos y buscar nuevas soluciones. La convocatoria de la Semana Europea de la Pobreza Energética contribuyó, por tanto, a que más empresas, administraciones y personas, mostraran empatía por los afectados.
Afortunadamente en 2020 el panorama ha cambiado. No se puede bajar la guardia con un problema así, porque demostrado está que cuando se deja de hablar de un problema se corre el riesgo de minimizarse o de darse por solucionado, cosa que no ha ocurrido. Pero el reconocimiento del problema y la puesta en marcha de actuaciones a todos los niveles está asentado en el día a día de ayuntamientos, provincias, comunidades autónomas y en el conjunto del país.
Además, si algo tiene de especial o novedosa la celebración de este año es que por fin tenemos una Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, un marco común que desde la Asociación de Ciencias Ambientales veníamos reclamando desde hace 8 años, cuando publicamos el primero de nuestros estudios. Por eso consideramos que llegamos a la Semana Europea de la Pobreza Energética en un momento especial. Porque, aunque la Estrategia deberá desarrollarse a través de un plan operativo ambicioso y deberá llevar a cabo reformas tan deseadas como la configuración de un único “bono social energético” o la puesta en marcha de mecanismos para mejorar la eficiencia energética de hogares vulnerables, podemos celebrar que tenemos, al menos, una hoja de ruta. Estamos, sin duda, ante un escenario muy diferente al de otros años y nuestra principal propuesta es que esta dinámica de avance no se frene, porque el problema no se ha solucionado.
Así deducimos de la evolución de indicadores que permiten observar la evolución del fenómeno. Según los últimos datos publicados por Eurostat y por el Ministerio, correspondientes al año 2018, el porcentaje de familias que aseguraron no poder mantener una temperatura adecuada en invierno y las familias en situación de pobreza energética escondida aumentaron respecto al dato de 2017. Aunque los otros dos indicadores (familias con retrasos en el pago de los recibos o con un gasto excesivo en el pago de las facturas de energía) mejoraron, las fluctuaciones hacen indicar que todavía no se han abordado con eficacia las causas estructurales del problema. Si dos de los cuatro indicadores principales que adoptó el Gobierno y que fueron propuestos por el Observatorio Europeo de la Pobreza Energética y por ACA en el informe de 2018 empeoraron en 2018, es porque no se está alcanzando el objetivo deseado.
Por todo ello reclamamos más avances y la puesta en marcha de un plan operativo que permita bajar a tierra la esperada Estrategia y continuar con la senda iniciada en este último año. Creemos que la Semana Europea de la Pobreza Energética llega en un momento esperanzador.
Desde ACA durante esta semana realizaremos una estrategia de comunicación específica pero además seguiremos impulsando diferentes iniciativas, proyectos y acciones que llevamos a cabo para contribuir a prevenir y acabar con la pobreza energética. A continuación os mostramos nuestras acciones:
- INFORMACIÓN: Información cercana y de confianza para todas las personas: Estamos impulsando una Red de Puntos de Información al Consumidor Energético que queremos hacer crecer por todo el territorio español con la colaboración de todos. Por ello, durante este año 2020, desarrollamos el ‘Proyecto Red de Puntos de información al consumidor energético (PICE Network)’, que ha sido beneficiario de la convocatoria 2019 del Programa empleaverde, cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE) en el marco del Programa Operativo Empleo, Formación y Educación 2014-2020.
- FORMACIÓN: Estamos formando a agentes sociales, técnicos de información al consumidor, administradores de fincas, técnicos del sector de la edificación… porque ellos tienen la clave para ayudar a la ciudadanía, y sobre todo a los más vulnerables, a gestionar mejor la energía que consumen.
- POBREZA ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO: Hemos puesto el foco en ampliar la perspectiva en términos de adaptación al cambio climático. Nos preocupa especialmente el impacto de las olas de calor en la población más vulnerable y la adaptación de las personas. Por ello hemos realizado un análisis de las medidas que se pueden impulsar para adaptarse al calor en las ciudades, edificios y hogares y hemos analizado cómo se comportan los hogares para poder mejorar.
- INVESTIGACIÓN: Analizamos el problema y continuamos con la labor de investigación del problema y la búsqueda de soluciones efectivas. Por ello, seguimos con una intensa labor de análisis a través de nuestros estudios.
- ENFOQUE HOLÍSTICO: Abordamos el problema de una manera holística. No tiene sentido que diferentes departamentos de una misma administración, que deben ser parte de la solución a la pobreza energética, no estén coordinados en las actuaciones que se dirigen a la ciudadanía a la que representan. Por ello participamos en proyectos como EPIU, liderado por el Ayuntamiento de Getafe y realizaremos diferentes actuaciones aportando nuestro conocimiento del problema, formando y empoderando a las personas en estos próximos tres años.
- PROBLEMA GLOBAL: La pobreza energética es un problema global, existente en países que tienen condiciones muy diferentes pero que comparten las mismas consecuencias. Por ello como miembros del Observatorio Europeo de la Pobreza Energética hemos compartido nuestro conocimiento sobre la realidad del problema en nuestro país, los agentes que trabajamos y la red de iniciativas existentes en España para que, las buenas prácticas, puedan ser replicadas en otros países europeos.
- COMUNICACIÓN: Seguimos promoviendo acciones comunicativas, cercanas a los barrios y a las personas y colaborando con empresas, por ello, impulsamos iniciativas como “Cerveza x Energía” o la propia Semana Europea de la Pobreza Energética y elaboramos materiales que sirvan para la sensibilización y la formación de la ciudadanía.
- INCIDENCIA POLÍTICA: Participamos en procesos de participación pública para tratar de incidir en que las políticas públicas incluyan siempre la perspectiva de la pobreza energética. Ello nos lleva a participar en procesos como el periodo de realización de observaciones al Informe Ambiental del PNIEC, porque creemos que es otra forma de cambiar las cosas y que todas las políticas públicas deben contemplar la perspectiva de las personas más vulnerables.
- CONOCIMIENTO COMPARTIDO: Participamos en grupos de trabajo y en proyectos como POWERTY, impulsado por la Agencia Andaluza de la Energía, aportando nuestro conocimiento y nuestras propuestas en iniciativas basadas en el conocimiento compartido. Entre todos podemos lograr mucho más que de forma individual.
- TRABAJO CON HOGARES: Además de todas estas iniciativas trabajamos directamente con los hogares vulnerables mejorando su calidad de vida, reduciendo sus facturas y conociendo mejor sus estrategias.
Más información y recursos: www.pobrezaenergetica.info